domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Qué es correr tu primer Maratón?

"La Maratón es un evento carismático. Lo tiene todo. Dispone de drama, competencia, camaradería y heroísmo. Cada corredor no puede soñar con ser un campeón olímpico, pero puede soñar con terminar una Maratón". - Fred Lebow, fundador del Maratón de Nueva York.


Tengo que admitirlo, cuando hace casi 180 días (3 de Julio del 2012 para ser exactos) me decidí a correr una maratón, no tenía ni idea en lo que me estaba metiendo. Apenas el 19 de Febrero (¡mi cumpleaños!) había corrido mi primer medio Maratón con mucho esfuerzo y llevaba excelentes resultados durante la transición de Primavera a Verano con mis tiempos en carreras de 10 kms., que ya me había inscrito a mi segundo medio maratón para Septiembre (¡otro reto increíble!). Cada día que se acercaba era un manojo de nervios y dudas: ¿habré entrenado adecuadamente? ¿habré hecho lo correcto? Roberto, ¡estás loco!

Se llego Diciembre y con él la Maratón de Monterrey; cuando arribe a la ciudad y estuve platicando con algunas personas, me di cuenta de la importancia que tiene a pesar de que es un evento relativamente nuevo - la Maratón de Monterrey inició en el 2005 como un evento interno para los empleados de una importante empresa de bebidas de Monterrey; a partir en 2006 esta empresa se unió a la Asociación local de Clubes de Corredores para engrandecer su organización y su posterior reconocimiento a nivel internacional.

Tratando de calmar un poco los nervios, durante el tiempo que estuve en Monterrey busque la manera de concentrarme en lo que tenía que hacer; la verdad no se me antojaba la idea de haber volando desde Guadalajara para irme de regreso con el rabo entre las patas. Pensé en todo lo bueno que me ha pasado este 2012, los logros que alcancé, las caídas que tuve que dar para estar en donde estoy parado ahora. Definitivamente ha sido un año para recordar.

También me puse a recordar que si decidí correr la Maratón fue para demostrarme a mi mismo de lo que soy capaz tanto física como mentalmente; que toda la fe que se ha concentrado a lo largo del año gracias a mis amigos, familia, mi novia y por supuesto a mi, no se iba a ver defraudada. Este año aprendí la fuerza de la fe.


La noche anterior a la carrera, me dispuse a hacer un ritual que me funcionó y estoy seguro que volveré a hacer en lo posterior; para empezar, deje mis "lindas" mallas que había utilizado durante todo el año y que para esta especial ocasión decidí cambiar por un bonito y ligero conjunto conformado por la playera con la que corrí mi primer medio maratón, unos shorts de lycra, unas medias de compresión y mis buenos tenis que me han acompañado tantos kms. Pedí por mi salud, por la salud de cada uno de los participantes y también por que el clima fuera benévolo para cada uno de nosotros.

El clima para el Domingo de Maratón estaba pronosticado con sol, lo que indudablemente provocaría mayor desgaste al cuerpo; si embargo, los alrededor de 3,500 participantes que nos dimos cita ese día estábamos dispuestos a contestar el llamado del asfalto. Aun en la oscuridad nos dimos tiempo para estirar y calentar (porque la verdad estaba haciendo un poco de viento fresco).

Preparado o no, aquí estaba, listo para el balazo de salida y empezar la mayor aventura personal que en 30 años jamás hubiera imaginado realizar. Lo primero que se me vino a la mente al cruzar la línea de salida fue el cómo llegue aquí, y no me refiero al medio de transporte ni nada de eso, sino al CÓMO EMPECÉ A CORRER.


Ciertamente es de risa la manera en cómo empecé a correr; ya años atrás había trotado pero solo como un método de actividad cardiovascular antes de un entrenamiento de natación (sí, en mi niñez y pubertad fui un Matt Biondi en potencia - en aquel tiempo no existían los Michael Phelps). Luego de retirarme cual Michael Jordan de la natación - me retiré, volví y me volví a retirar, una loquera pambolera y enfocarme única y exclusivamente a los estudios, lo que menos se me hubiera ocurrido para regresar al deporte era convertirme en un runner. Después de correr mis primeros 5 kms. en el 2008 gracias a la motivación de una gran amiga del trabajo y hacer mis pininos es algunas carreras en Guadalajara durante 2 años, en el 2011 cometí un feliz error en la inscripción de una carrera nocturna: en lugar de inscribirme en los 10 kms. me inscribí a los 15. Al terminar dicha carrera dije: si puedo 15 puedo 21 y a partir del 2012 decidí que mi mayor reto sería cerrar el año con una Maratón. Por eso, heme aquí.


Todo esto pasaba por mi cabeza mientras avanzaba, debo admitir que la primera mitad de esta dura prueba fue sumamente divertida y muy relajada, además de tener una gran vista del Cerro de la Silla y pasar por lugares que eran para quedarse mirando. Sin embargo, yo no tenía tiempo para quedarme de turista cuando la prueba me exigía toda mi atención. Poco a poco, me acerqué a la línea del medio maratón con muchos ánimos (ventajas de tener un playlist musical hecho con mucho amor y dedicación), lo cual agradecí infinitamente porque para eso había entrenado y porque se me permitía llegar tan lejos.

Los siguientes kms. fueron quizás no el calvario que hubiera esperado, pero requirió de un gran esfuerzo mental continuar. Mi cuerpo me estaba exigiendo realmente al máximo; llegó un momento en el que mi ritmo cardíaco trabajaba normal, mi respiración estaba regulada pero los músculos de las piernas estaban reclamando en serio. Gracias a que el clima se mostró bondadoso no sufrimos por el golpe de calor y de todas maneras me seguía hidratando cada estación que pasaba, pero mis piernas estaban en un punto donde sentía los espasmos de cada calambre que tenía. Llegados a este punto la verdad es que necesitaba un milagro para seguir avanzando, lo cual ocurrió: un señor se detuvo y avanzaba cojeando pero remojando sus piernas con aguas que daban en las estaciones; sin detenerme, agarré el agua y empece a remojar muslos y tobillos llevando una sensación refrescante a estas partes de mis piernas que estaban empezando a resentirse. Con renovados bríos, seguí avanzando.


Avanzados los 32 kms. los que para muchos corredores novatos se les conocen como "el Muro", me pasó algo muy extraño y a la vez hizo que mi corazón se llenará de fuerza a pesar de que el dolor ya empezaba a hacer mella incluso en las plantas de los pies:  un joven, no mayor a los 33 años pasó a mi lado y me dijo: - "Está muy bien el clima, ¿verdad?"; "Sí", respondí, "La verdad es que el clima nos ha ayudado mucho". El joven sonrió y luego replicó: "¿Sabes? Hace un par de días que mi padre falleció, él quería estar aquí para verme llegar a la meta. Estoy seguro que él está allá arriba y nos envió este clima tan bello. Bueno, te veo en la meta, ánimo". Y aceleró el paso. A partir de ese momento, no dudé jamás que llegaría a cumplir mi objetivo, el joven a su manera me dio fuerzas para seguir.


Sabiéndome que llegaría, me propuse a partir de ese momento disfrutar mi llegada a la meta regocijándome en el dolor que en aquel momento sentía en todo mi cuerpo. Permitiéndole a mis ojos contemplar cada metros que avanzaba, ya sea caminando unos metros, trotando o corriendo con singular alegría, mi meta estaba próxima.


Km. 39, había entrado al parque Fundidora, mi cuerpo extenuado pedía a gritos un descanso el cual no se lo dí hasta que estuviera seguro de que cruzaría la meta. Km. 40, paso por la última estación de hidratación y me reciben prácticamente a cubetazos de agua, los cuales recibí con agrado y una sonrisa en la boca. Mi mayor reto, el que me había autoimpuesto, estaba a punto de ser roto; estando a unos metros de la meta, no puede evitar exclamar un grito a los cielos al momento que aceleraba y presionaba a mis piernas a continuar. Estaba agradecido, sigo estando agradecido de haber terminado con bien, de que el famoso "Muro" no pudo conmigo, de que cada persona que durante este 2012 paso por mi vida fue una pieza importante en este logro. Un logro que se cumplió después de 42.195 kms y 5 hrs. 39 mins. 56 segs. mucho mejor de lo que pensé.


Quizás no lo comenté antes, pero llegue a Monterrey en calidad de corredor solitario y sin embargo, llegué a la meta y me encontré con que no estaba solo. Me esperaban mis primas y sus familias las cuales me echaron porras y me tomaron todas las fotos que quisieron (cabe señalar que hacia AÑOS que no nos veíamos), por lo que no solo me traje de recuerdo una linda medalla, sino también el reconocimiento de personas a las que quiero mucho y aunque podemos dejar de vernos por mucho tiempo, se que estarán ahí para ayudar y apoyar.

Luego de tanto esfuerzo y tantas emociones a lo largo del camino, ¿si les dije que me traje una medalla verdad? 



En el 2012 rompí mis propios records, corrí más de lo que jamás había corrido, baje tiempos personales, viaje mucho más, conocí personas extraordinarias. Sin embargo, el 2013 viene el reto de correr más y seguir corriendo maratones (¡prepárate Guadalajara!) y en el 2014 el objetivo es correr el Major de Tokio, por lo que esto todavía no se acaba, creo que soy capaz de llegar mucho más lejos, mis piernas, mi cuerpo y mi mente aún no conocen de límites.

Y tú, ¿hasta dónde eres capaz de llegar?




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